He dicho ahorra, y no, no he cometido un error tipográfico. Las empresas hoteleras están viviendo una época muy propicia para ahorrar. Pero no os confundáis, que ya veo a algunos pensando en cometer una y otra vez los mismos errores, es decir, reducción de personal, ahorro en costes de formación, ahorro en gasto energético mediante métodos rudimentarios como quitar bombillas,…

No estoy hablando de este tipo de ahorro. Me refiero, nada más y nada menos que a ahorrar clientes.

Y ¿cómo se hace esto?, dirán algunos.

Pues resulta que hay millones de futuros clientes circulando por ahí y a los que fidelizar ya, para que, en unos años, formen parte de la cartera habitual del hotel, cuya atención hay que captar en el primer instante. Me refiero, por supuesto, a los verdaderos nativos digitales , sobre los que hay que desmitificar la visión de que sólo están presentes en Internet. Esto es falso, también tienen vida social y aficiones «de las de toda la vida». En poco tiempo querrán ir de vacaciones, alojarse en hoteles, en tu hotel.

Existe un problema de hiperactividad y multitarea on-line en este segmento de la población, lo que implica la adopción de unas técnicas de llamada de atención a las que no estamos acostumbrados, para captar su atención desde el principio, evitando revivir su tendencia a la lectura diagonal, que implica una lectura superficial e incompleta tendente a quedarse sólo, en el mejor de los casos, con algunas partes que merezcan su atención. Y esto puede extrapolarse a conferencias, presentaciones, podcasts, sesiones formativas,…

Parece que en esta generación han conseguido aumentar su capacidad de procesamiento secuencial, reduciendo, a su vez, la capacidad de retener conocimiento. Con todos estos ingredientes tenemos a millones de futuros clientes cuya atención hay que captar a toda costa. Dolors Reig nos da algunas claves para conseguirlo. Y lo hace para aplicarlo a la formación, aunque sería algo perfectamente aplicable a la fidelización de clientes para cualqyuier sector en general y el turismo en particular.

Lo que debemos hacer, según Dolors es:

Afinar en la presentación y que ésta sea breve, echando a un lado dialécticas sobre uno mismo, abstracts o índices extensos. Desde el principio, al grano, que no hay mucho tiempo, ni ganas de entretenerse en cuestiones superfluas.
Utilizar suficientes recursos visuales, sin quedarse exclusivamente en texto o audio.
Adaptar el discurso a nuestros lectores/clientes, sin utilizar tecnicismos ni expresiones que tiendan a magnificar nuestra supuesta sabiduría o a intentar dar a entender cuánto sabemos sobre este u otro asunto.
Variaciones vocales y expresivas encaminadas a no aburrir. Aunque sin excesos, para no caer en el error del punto anterior.
Utilizando un símil bancario, ábrete una libreta de ahorro (de clientes que ahora tienen entre 15 y 20 años) y mantenlos ahí, dándoles lo que quieren y que vayan generando intereses, porque el saldo acumulado será un buen seguro de continuidad de tu negocio hotelero.
¿Qué tal, por ejemplo, un apartado especial en tu web, en tu blog, dedicado a todos estos nativos digitales?. Es una forma de empezar a ahorrar…clientes.Y como nota final, debo compartir un pequeño párrafo que he encontrado en el blog de Claudio Bravo, y que viene muy al caso con lo que intento transmitir:Hay un cambio en la forma que la gente sigue las noticias. Gracias a la potencia de Internet las personas ya no se limitan a consumir noticias de forma pasiva (en plan cuéntame una historia), sino que que salen a buscar noticias de forma proactiva (quiero una respuesta a mi pregunta).