Anoche estuve en el teatro Infanta Isabel, de Madrid, disfrutando como un loco de la representación magistral que, Rafael Álvarez «El Brujo», realiza de la Obra de Darío Fo «San Francisco, juglar de Dios», y resulta que, en plena Edad Media, Francisco de Asís planteó la posibilidad de crar una «hermandad horizontal»…¿a que suena bien?. Repetid conmigo, despacio:

H-e-r-m-a-n-d-a-d h-o-r-i-z-o-n-t-a-l .

O lo que es lo mismo, una congregación, un grupo, un movimiento, o como queráis llamarlo, pero horizontal, esto es, sin jerarquías. Y eso se lo dijo al mismísimo Papa Inocencio III, el cual no dejaba hueco en su cabeza para admitir una falta de jerarquía en su iglesia.

En cualquier caso, Francisco creó y desarrolló, a la postre, la hermandad, basada en la pobreza y en la caridad. Si seguís un poco el hilo de mis escarceos sobre empresa abierta rondando lo que algunos , como Julen Iturbe, nos indican acerca de este concepto de empresa abierta, veréis aquí una similitud muy clara.

¡Hombre, me refiero a lo de horizontal y sin jerarquías, no a lo de la pobreza y la caridad. Pues sólo faltaba eso!

Pero os voy a decir una cosa: En uno de estos dos atributos, la caridad, se encontró – según Darío Fo – con el problema, pues la caridad debía ser administrada. Y resulto que llegó a la conclusión que la administración de la caridad era un contrasentido en si misma, porque vio que quien admnistraba la caridad se iba haciendo poderoso. El hecho de repartir caridad le otorgaba poder, sin saberlo, a quien la repartía. Y llegados a este punto yo me pregunto:

¿Es posible una organización horizontal sin un poder establecido?.

En fin, que cada uno saque sus propias conclusiones. Ahora bien, me gustaría saber hasta dónde habría llegado el Santo si hubiera dispuesto, como nosotros, de la Web 2.0.

Por cierto, si tenéis ocasión no os perdáis el magistral espectáculo de Rafael Álvarez «El brujo».