Volvemos con el capítulo II, utilizando, para enlazar con el capítulo I, la siguiente cuestión:

Recordando lo que decíamos sobre ejercer acciones con el fin de lograr aparecer en las primeras posiciones de los buscadores, ahora cabe preguntarse:

¿Hacia qué hay que enfocar las acciones a ejercer?

Pues muy sencillo. Tan sólo tenemos que ver cuáles son los factores que van a incidir en nuestro camino. Tenemos dos:

– Clientes futuros, es decir, personas, las cuales necesitan encontrar un contenido en nuestro entorno que les interese. Tomemos el camino que tomemos del abanico de posibilidades que el SEO nos ofrece, el fin último ha de ser enganchar a personas (repito lo de personas con énfasis) ofreciéndoles un contenido interesante. Para ello es fundamental identificar las características del grupo de usuarios al que nos queremos dirigir y captar: nuestro target.

– Las máquinas, si, así como suena. Las máquinas se interpondrán en nuestro camino, necesariamente, y debemos gustarles. La Web es un concepto, una tela de araña, en la que tiene cabida todo el mundo. Y se sitúa en un entorno denominado Internet, que es, ni más ni menos, la maquinaria necesaria para que la Web cobre vida. Por lo tanto, si lo que queremos es posicionarnos en la Web de personas, tendremos que gustar a la maquinaria de Internet que la hace funcionar. En concreto hay que referirse a los robots que rastrean las páginas web en busca de información relacionada con palabras clave asociadas al contenido que vayamos creando.
De forma que debemos facilitar a estos robots su tarea haciéndosela accesible, eso nos hará más cómoda nuetra estrategia SEO.

Estos dos conceptos básicos (contenido, para personas y accesibilidad, para máquinas) tienen un elemento de nexo entre ambas y que está focalizado en las personas, precisamente. Me explico:

En nuestra andadura de posicionamiento podemos encontrarnos con dos grandes tipos de personas:

1- Simples lectores y buscadores de información.
2- Aquellas personas que, además de lo anterior, generan contenido en la Web.

A nosotros nos interesan ambas, como futuros clientes, pero debemos prestar una atención especial a las segundas; las generadoras de contenido. Si con nuestro contenido logramos interesar a las personas que, a su vez, generan más contenido, éstas hablarán de nosotros asociándonos con las palabras clave que nosotros queremos. Esto provocará que los robots de los que hablábamos antes nos encuentren más fácilmente y nos relacionen más veces, lo que hará que aumente la importancia de nuestra página para los buscadores (PageRank), lo que, a su vez, provocará que esos robots nos visiten más veces en periodos más cortos. Pero, por favor, no olvidemos dotar de accesibilidad, favoreciendo esas visitas, que si no se cansan y no vuelven.

Hoy he hablado de lo que hay que hacer. En próximos capítulos hablaré de cómo hacerlo.

En mi andadura autodidacta, voy buscando fuentes que me convenzan de la facilidad de explicar el SEO a aquellos que, como yo, son principiantes en esa disciplina. Y para este capítulo la principal fuente de inspiración ha sido, entre otras muchas consultadas, una entrada en el Blog de Koalab, que os enlazo para que le echéis un vistazo.

Capítulos anteriores:

SEO para principiantes (I). ¿Para qué el SEO?