Un agregador de noticias estilo «Menéame» para el sector turístico

Un agregador de noticias estilo «Menéame» para el sector turístico

Hoy en día cualquier persona que conozca Internet, que sepa lo que es un agregador de noticias, un lector de feeds, el RSS, los Blogs o las Redes Sociales, sabe lo que son Menéame o Digg. Por si no lo sabes, lo cual dudo, se trata de un sitio en el que los usuarios registrados publican noticias propias o de otros, enlazando con el sitio original, y el resto de usuarios votan por el interés de las mismas, de tal forma que – básicamente – una noticia muy votada en poco tiempo, aparece en portada del sitio. Como podréis imaginar, el sitio original de la noticia recibe un aluvión de visitas. A su vez, los usuarios registrados son valorados (Karma) por la propia plataforma en función de una serie de factores tales como el número de contactos, el número de noticias enviadas, publicadas, número de comentarios, valoraciones en los comentarios,… Este es, a grandes rasgos, el funcionamiento de este tipo de portales. Como he comentado al principio los más conocidos y exitosos hoy en día son Digg (en Inglés) y Menéame. Pero, desde el punto de vista sectorial empresarial, dichos portales no te proporcionan un beneficio real al publicar una noticia tuya. Esto ocurre porque son portales agregadores de noticias generalistas, es decir, el aluvión de visitas que puedes recibir si se publica una noticia tuya, son, en su mayoría, de poca calidad – entendiendo calidad como que no aportan nada, y la gran mayoría no repetirán – . Es decir, se trata de un momento de gloria efímero. Esto desde el punto de vista del agraciado con la publicación de un post propio. Desde el punto de vista del usuario, los portales si tienen interés – también generalista -, aunque para ver temas concretos que te interesen a ti particularmente, debes bucear un rato entre un gran número de referencias, a pesar de que las publicaciones están divididas por temas. Pues bien, en el sector turismo, ha nacido un agregador de noticias, enfocado exclusivamente al sector turístico, cuyo funcionamiento es el mismo que el de los comentados en este post. Se llama Fanturistic, y creo que Tomeu Cabrer (@tomeucabrer) tiene algo que ver con esto. Qué beneficio obtenemos nosotros, los usuarios, que podemos ver las noticias pendientes, las publicadas, votar, comentar y descubrir cuál es el sentir general en un momento dado frente a un asunto u otro. Lo mismo que Menéame o Digg, pero para el sector turístico y, si se me permite, seguro que con bastante menos mala leche que algunos histriónicos y desagradables usuarios de Menéame, qu suelen gozar de bastante buena “reputación” (Karma) en este sitio. En definitiva, una gran iniciativa que creo que hay que apoyar y alimentar desde el sector turístico.

El elefante, la estaca y Albert Barra

El elefante, la estaca y Albert Barra


Tenía ganas de dar mi enhorabuena de forma pública (ya lo hice de forma particular) a Albert Barra por su nueva singladura profesional, pero no me apetecía caer en expresiones tipo: «Te felicito, que tengas mucha suerte…», así sin más.

Resulta, entonces, que hoy he leído una entrada en un blog que recomiendo desde ya y cuya edición corresponde a Antonio García Fuentes (al que podéis leer también en su página Web), en el que me he encontrado con una historia que me viene al pelo para felicitar a Albert y, de paso, lanzar un llamamiento a todos los que no se atreven a dar el paso. El relato cuenta algo así como que…

«…de pequeño, cierto día, acudió un niño al circo, observó con atención al majestuoso elefante, con las patas tan robustas como troncos de árboles, cómo movía toda la masa de su cuerpo dejando del todo claro que podría ser capaz de derribar un muro, o arrancar un árbol con su fuerza. Al final de la función, el niño observó atónito cómo el elefante permanecía tranquilamente atado, con su robusta pata abrazada por una argolla, de donde salía una cadena que, a su vez estaba atada una estaca clavada apenas unos centímetros en el suelo. Era obvio que el animal no debería tener ningún problema en arrancar la estaca y salir zumbando, más aún cuando minutos antes había dejado claro que era capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza descomunal. Entonces, el niño se preguntó ¿por qué permanece ahí?, ¿por qué no huye?…
La respuesta natural que le dieron fue:

– Porque está amaestrado.

– Y si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?…

Y así se quedó el niño sin respuesta al «misterio del elefante», hasta que, años después, por suerte, descubrió que alguien había sido lo suficiéntemente sabio como para encontrar la respuesta:

– El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño.

El pobre elefante, ante la costumbre, estaba absolutamente resignado, hasta tal punto que creía que era su estado natural, y estaba convencido de que, aunque quisiese, nunca podría arrancar la estaca que lo sujetaba a ese lugar.»

Todos, incluidos los elefantes, tenemos capacidad para cambiar las cosas, para arrancar la estaca y lanzarnos, dando un vuelco a nuestra vida profesional, tal y como ha hecho Albert. Por eso yo le felicito por la valentía y la determinación que ha tenido al lanzarse a esta aventura que, a buen seguro, será exitosa.

Y animo a todo el que se encuentre resignado a que rompa su atadura y asome la cabeza por ahí, donde encontrará más de un camino y logrará su pequeña victoria.

¿No merece la pena?