Es tiempo de hacer cosas y echar un poco a un lado el aluvión de teorías que nos rodea día a día. Y digo esto porque, por una carambola muchas veces surgen ideas innovadoras, independientemente de si la propuesta original estaba pensada o no para la idea final.

Esto viene a cuento de que el otro día leí un post de José Luis Orihuela (ecuaderno) en el que habla de algo que él llama «Slow Twitter» y  en el que mostraba su interés por un estilo de escritura que es profundo, inteligente, certero… La verdad que el post en cuestión resultaba bastante interesante por la idea que transmitía, con lo cual, lo tuiteé, como suelo hacer con las cosas que me resultan interesantes. Fue entonces cuando Montse lo leyó y una lucecita se le encendió (atentos a su Bio en Twitter): 

– Tal y como he comprendido yo este interesante post – se dijo – creo que puedo hacer algo interesante con el restaurante en el que trabajo y aplicar la filosofía en cuestión. 

Y lo comunicó en un post con un sugerente título:

Reserve mesa para sus tweets #slowtwitter

Y en esas está desde entonces. Hace muy poco aún, pero ya ha recibidos reservas a través de este canal que crece y crece, vete tú a saber cuánto.

A lo que voy, en definitiva es a que, con una jugada a tres bandas (o a dos, o a cinco, o …) y empleando unos cuantros minutos se puede hacer algo único o, al menos, ser el primero en algo, dentro de las Redes Sociales.