A ver, hotel, no quiero con esto, ni mucho menos, echar por tierra todo lo que has andado, pero opino que estás creando unas espectativas que te van a resultar difíciles de mantener en el tiempo. Muy difíciles.
Todo es muy bonito, y la gente está ansiosa por saber quién eres, de qué familian dónde están esas maravillosas puestas de sol; cómo van a ser tus superprofesionales empleados; derrochando amabilidad, empatía y buen humor; cómo serán tus inolvidables espacios, reconocibles cuando salgas en alguna película, a ser posible de Hollywood; dónde, cómo, qué, cuándo,…
¡Cuidado, hotel del blog!, no es necesario subir tan alto con algo que aún es humo, y perdona la expresión. Porque todos aquellos que te adulan, que te escriben, que te idolatran, te darán con el látigo con el paso del tiempo, a la primera de cambio que no reciban lo que esperaban. Así es la vida humana, deberías ir conociéndola para no llevarte sorpresas.

Por mi parte te deseo el mayor éxito posible, te lo digo de corazón, y ójala algún día pueda verte y decirte que fuiste fiel a tu promesa y que yo fui un poco tremendista.

Un abrazo

Rafael