Hola, amigos.

Ya comenté en su día que veía cierto peligro, motivado por la crisis inmobiliaria, de un éxodo de mano de obra desde la construcción al sector turismo. Y repito lo de «peligro». No porque no vea capaz a un albañil llegar a ser un buen camarero, un recepcionista…, un director (¡cuánto talento hay escondido que nunca será descubierto…!).

Hay quien como Esther Mascaró o Juan sobejano, han vertido más opiniones paralelas y en línea parecida, como consecuencia de unas declaraciones de Manuel Pastrana, responsable de turismo de UGT.


El peligro, como dije entonces, viene precedido de:

– Una falsa creencia de quien no conoce el sector acerca de la supuesta facilidad de desempeñar tareas de camarero o recepcionista.

– Un afán desorientado de ciertos empresarios hoteleros por ahorrarse un euro en algo en lo que es precisamente en lo que más deben invertir.

Pero tranquilos, no pasa nada. Todo se soluciona con una buena formación. Si un hotel tiene establecido un programa serio de formación continua no tiene nada que temer y si mucho que ganar. Y el que no lo tenga, que lo implante cuanto antes para:

Ajustar las competencias de las personas.

Transmitir entusiasmo y desencadenar el cambio de actitudes de la persona.

Sensibilizar, motivar y prepararse para el cambio.

Reducir la resistencia al cambio.

Que el personal se sensibilice por la conveniencia de identificar las necesidades y expectativas de su cliente (interno y externo).

Desarrollar potenciales aptitudes de las personas, fomentando su creatividad.

– Contribuir a establecer un efectivo canal de comunicación.

– Satisfacer la necesidad de desarrollo personal y profesional.

Reafirmar la misión y cultura de la empresa entre todos los miembros (integración).

Sentar conceptos comunes en toda la organización.

Optimizar el desempeño de las personas, informándolas de lo que serán capaces de hacer al finalizar la acción formativa.

Se trata, como veis, de formación continua bajo los conceptos y metas anteriores, y no de limitarse a enseñar a manejar un ordenador o a llevar una bandeja, o…

Si, que esto otro también, pero no es lo más importante. Esto se adquiere con la práctica.

Con un buen plan de formación continua basado en los anteriores parámetros, y acompañados de coaching y empowermwent haremos de cualquiera un buen profesional en turismo, venga de donde venga.

Sin esto, hoteleros, no tendremos nada, sólo un ahorro económico que se convertirá en gasto inútil a medio plazo por la consecuente pérdida de clientes a corto.

Hasta la próxima,

Rafael