Imaginemos que estamos tomando un aperitivo con amigos, hablando, riendo y divirtiéndonos, o reunidos en algún lugar público, hablando de nuestras cosas o compartiendo inquietudes profesionales, o cualquier cosa que se os ocurra que pueden compartir un grupo de personas afines entre si, cuando, de repente, aparece un individuo que nadie conoce, se junta a nosotros y comienza a contarnos cosas que están fuera de nuestro contexto, o que, simplemente, no nos interesan. Si esto ocurre, acabaremos por dar de lado al individuo en cuestión y, en el peor de los casos, nos iremos a otro sitio dejándolo solo. Cualquiera de nosotros comprende perfectamente esta situación. Entonces…

…¿por qué empeñarnos en irrumpir en lugares de reunión de personas que tienen un objetivo común, o que están tratando cuestiones que les interesan a ellos, sin ni siquiera habernos presentado?

Si trasladamos esta situación al entono virtual de Internet, rápidamente nos damos cuenta de que, en muchas ocasiones, las personas se reúnen a compartir sus inquietudes profesionales, o del tipo que sean, en los lugares de reunión habilitados en ese entorno. Comprendemos, por tanto que…

…los nuevos bares, entornos o lugares públicos de reunión son LAS REDES SOCIALES.