No me convence del todo esta clasificación surgida a partir de la definición de Brecha digital. La verdad es que humanamente tenemos una necesidad de llamar a las cosas, situaciones o entornos con algún nombre que las identifique. También tenemos, humanamente, una necesidad de establecer límites entre las cosas, fronteras que nos sirvan para pasar de un estado al siguiente. Esto es lo que hemos hecho y aceptado con la división de las personas que habitan el mundo en esta nueva Edad 2.0 de la Web en tres grandes grupos que nos sirven para explicar lo de la brecha digital. Esta división por edades encierra, para mi, algunos problemas básicos, que demuestran claramente que no es la mejor división para explicar el asunto de la brecha digital: – Es una división estática. No podemos poner un límite a los nativos digitales, ni – por lógica – a los inmigrantes digitales. Y menos aún en términos de la edad de los mismos. – Además, ¿hasta cuándo va a estar en vigor esta división?. La división en si, falla a partir del momento en el que el tiempo, los meses y los años van pasando. De esta forma, los nativos digitales que se encuentren en el límite de edad de esta franja pasarán a ser inmigrantes digitales el año que viene. Esto, como podéis ver, es una tontería. – ¿Quiere esto decir que llegará un momento en el que todos sean nativos digitales?, pues si. Y ¿entonces ya no habrá brecha digital?, pues si la habrá. Seguirá habiéndola y la clasificación histórica por tramos de edad ya no valdrá para nada. Así que, ¿hasta cuándo va a estar en vigor esta clasificación? – Hay usuarios de la Web de 40, 50 ó, incluso, 60 años que llevan una ventaja enorme en uso de nuevas tecnologías y Web 2.0 a otros usuarios de 20 ó 25. Y hay muchos. Me atrevería a decir que existe la posibilidad de que, evaluando a los inmigrantes digitales por un lado y a los nativos digitales por otro – en términos de facilidad para desenvolverse en las nuevas tecnologías – encontraríamos una mayoría de inmigrantes digitales con la mejor nota. Todo esto viene a cuento porque últimamente me he topado en numerosas ocasiones con entradas en blogs y artículos en periódicos que hablan de ello y que, me da la sensación de que lo hacen porque está de moda y se ven en la obligación de escribir sobre el tema sin documentarse lo suficiente. Menos mal que me he encontrado otros – algunos de ellos antiguos ya – en el que impera la cordura y el entendimiento, pues asocian la brecha digital (que la hay) con otros parámetros como el uso efectivo de la tecnología y el nivel de actividad , o algunos que incluso nos recomiendan que nos dejemos de clasificaciones y pasemos a la acción para lograr la transformación. Y el más claro de todos, uno en el que Juan Freire en Soitu.es muestra una síntesis de los tipos de brechas digitales y el por qué de las mismas y no menciona los aburridos grupos de edades, que son Brecha de uso, Brecha de acceso y Brecha de apropiación Por cierto, y como nota adicional, ocurre aquí lo mismo que nos comenta Nando acerca de un estudio en el que se ha analizado el SEO de varias cadenas hoteleras, con – al parecer – una falta de criterio manifiesta y un “hacer cada uno lo que le venga en gana sin medir las consecuencias”. En fin, que debemos tratar de hablar con propiedad cuando nos referimos a todos estos términos que se van poniendo tan de moda.