Ayer Juan Sobejano reabrió un debate que parecía que estaba invernando desde hacía tiempo. El tema que hábilmente tocó fue el de los portales de opinión y, más concretamente, en la lejanía y el poco entendimiento de éstos (en general, que siempre hay excepciones y en este caso es una opinión muy personal y subjetiva), con los hoteles. Es decir, la gran mayoría de los portales de opinión están al servicio – ¿en exclusiva? – del cliente final. Todo esto tiene bastante fundamento, a mi parecer, por lo siguiente: – Los portales de opinión ofrecen todo tipo de facilidades a los clientes de hotel para expresar cuantas opiniones estimen oportunas, con total libertad de acción, idioma, usabilidad y apoyo. Esto me parece perfecto, pero tiene errores, en el sentido que no se ofrecen las mismas posibilidades a los hoteles. – Los hoteles tiene dificultades para poder participar en esos debates que han iniciado los clientes. De acuerdo que los clientes, casi nunca tienen intención de debatir en los portales de opinión, que `para eso disponen de otras herramientas. Simplemente se limitan a opinar. – Los hoteles no pueden de forma sencilla, aclarar y suavizar opiniones negativas, ni agradecer las positivas. Ya no hablo de debatir, sino de poder aclarar y agradecer. Así que, visto lo visto, realmente los portales de opinión se convierten en repositorio de opiniones totalmente válidas, pero que sólo muestran la mitad del hecho turístico. A mi me parece muy lícito, pero lo que no me parece ni medio normal es que después hablen de conversación, 2.0, etc… no son un ejemplo muy válido de ello.