De un tiempo a esta parte todo el entorno se impregna de red – socialización, de blogofilia. Surge una necesidad imperiosa en las empresas turísticas en general y hoteleras en particular de tener presencia, aunque sea a martillazos, en toda esta vorágine de nouvelle marketing.

Ahora bien, resulta que, de momento, no es esta disciplina algo que esté muy extendido. Y esto es un problema, porque existen ahí fuera millones de clientes potenciales y otros tantos millones de proyecto de clientes potenciales que van a buscar las puertas de entrada a tu hotel en la red. O, al menos, esa es la tendencia que se respira. Y, repito, es la que hay en este momento, sin menoscabo de que debamos estar alerta por las próximas tendencias.

Así que ante lo que se nos viene encima y el miedo a lo desconocido, surgen dos figuras que van a tener mucho que decir, ofrecer y ganar:

Community Manager:

Con un perfil creativo y de gestor de marca deberá estar estrechamente comprometido con la política y filosofía corporativa de la empresa a la que representa.

Deberá interactuar con los usuarios-clientes con un grado de empatía tal que habrá de conseguir difuminar su tono y su expresión con la de aquéllos como si fueran un único ente. Y todo ello actuando de una forma aséptica y sin caer en debilidades relacionadas con cuestiones personales.

Es el reflejo de su hotel en el mundo virtual (aunque de virtual cada vez tiene menos).

Estamos hablando, como observaréis, de valores personales al margen del uso de las tecnologías. Cualquiera, en más o menos tiempo, es capaz de utilizar de una forma efectiva toda la tecnología a la que accede a través de Internet. Pero son los valores, aptitudes, actitudes y habilidades personales y sicológicas los que le llevará a acometer con éxito todas las funciones que formen parte de su trabajo diario, las cuales podéis consultar en detalle en el post de Albert Barra, por un lado o en el de Chema Martínez-Priego por otro.

En definitiva se trata de crear marca e identidad on line, dedicando para ello todo el tiempo laboral. No valen medias jornadas ni dos horas al día, ni despropósitos semejantes.

Y claro, aquí hay un problema: ¿A quién encontramos en nuestra organización, que cumpla todos los requisitos necesarios?. ¿Estamos dispuestos a pagar lo que realmente valen?. Y, por cierto, ¿cuánto valen?.

Quizá haya alguien en tu organización que cumple los requisitos y tú ni lo sabes.

Pero si no lo hay, como suele ser habitual, hay que buscarlo fuera, porque es difícil encontrar en la propia organización a una persona así, sobre todo teniendo en cuenta lo novedoso del asunto.

Por lo tanto, en esta tesitura existe una fuente de personal cualificado que va creciendo en número de voluntarios (aunque muy despacio) que están capacitados y dispuestos a realizar estas funciones sin necesidad de descubrir su identidad. Lo hacen por dinero. Son los

– Mercenarios 2.0.

Echando a un lado la acepción bélica del término, encontraremos (porque las hay) personas dispuestas a hacer de algo similar a los negros literarios. Y, ojo, que a mi, particularmente, no me parece mal.

Y os digo una cosa, es una salida muy honrosa para aquel que crea que cumple con los requisitos del Comunnity Manager. Además, si te gusta escribir y tienes un blog que va funcionando, pues no hay problema, en tu blog mantienes tu identidad y te desfogas y elevas tu ego cuando otros te dicen lo bien que lo haces (eso si, sin oler un solo euro) y mientras rentabilizas tus capacidades creativas ejerciendo de mercenario 2.0.

Por otro lado, ni que decir tiene que puede que no tarde mucho en aparecer la figura del listero 2.0, a la manera de los famosos coordinadores de trabajadores extras que recorren los hoteles ofreciendo personal en momentos de alta demanda.

¿Quieres ser mercenario 2.0?. Yo no lo veo mal.

Al final, todo es lo mismo, pero en entornos diferentes.